LA MANTA VIAJERA Un ejemplo de tratamiento de la diversidad y la colaboración entre familia y escuela

CADA BAYETA UNA NECESIDAD

¿Cómo surgió la idea?

Los bebés, cuando son pequeños y apenas tienen movimiento, necesitan una superficie que les haga más llevadera su estancia en el suelo. Normalmente suele ser una mantita suave y cálida que les favorezca un espacio más acogedor. Pero a veces, nuestro afán por ofrecer a los pequeños estímulos atractivos que fomenten su desarrollo, hacen que este espacio acogedor se torne en un espacio sobreestimulado en donde el niño no encuentra lo que necesita.

Por ello las educadoras de bebés pensamos cómo ofrecer a los niños unas mantitas que realmente respondieran a sus necesidades. Decidimos que nadie mejor que sus familias para conocer sus gustos e intereses, así que cada familia junto con su hij@ realizaría un trocito de manta especial y luego la compartiría con los demás. Así tendríamos una mantita hecha con pequeñas porciones del alma de cada bebé y de sus mamás, sus papás, sus abuelos, sus hermanitos… que, al fin y al cabo, son los verdaderamente importantes para ell@s.

¿Cómo se comunicó a las familias?

Ya en la primera entrevista, se les comentó la idea a modo de acogida al centro. Desde el principio buscamos que nuestras familias colaboren en la vida de la escuela aportando materiales, ideas y todo lo que se les ocurra para mejorar la convivencia de sus pequeños en el día a día. Además a través del contacto diario se atiende a las posibles dudas que puedan surgir. Y cuando la actividad ya estuvo programada se les informó  más detalladamente a cada una de ellas a través de una circular escrita.

Objetivos

§        Tomar la iniciativa en el proceso de descubrimiento de su entorno inmediato.

§        Conocer y sentir las diferentes características de los elementos a descubrir.

§        Iniciar la expresión de sentimientos y necesidades mediante el lenguaje gestual, el llanto o la sonrisa en las diferentes experiencias sensoriales.

Metodología

*  Las educadoras, organizaran el espacio en el que situar la manta, para  atraer la atención de los niñ@s de una manera no directiva, confiando en las posibilidades de cada uno de los niñ@s, animando, acompañando y ofreciendo alternativas personalizadas tanto a aquellos más pasivos y desinteresados como a los más activos e impulsivos.

*   Las educadoras valorarán el  ir cambiando de lugar y/ o posición de la manta según los intereses y el desarrollo evolutivo de los bebés, atendiendo así a la diversidad de grupo y de cada uno de ell@s.

*   Las educadoras tendrán en cuenta las normas y límites que rigen la actividad, principalmente las relacionadas con la seguridad física, ambiental e higiene de los pequeños.