JUEGO PRÓXIMO: EMPEZANDO EL SIMBOLISMO

Hacia el año y medio muchos de nuestros pequeños comienzan a imitar hechos cotidianos. Son sencillos gestos muy intimamente relacionados con su vida diaria. Ello significa que empiezan a darle un uso práctico (socialmente hablando) a los objetos y ya no puede considerarse un juego puramente heurístico. Mucha gente se lanza a conseguirles juguetes simbólicos como cocinitas, coches, muñecos, construcciones... pero nada más lejos de la realidad, no es un juego simbólico ya que no inventan usos a las cosas ni elaboran guiones simbólicos en los que se reparten roles con los otros. Aunque juegan con los demás, la verdad es que los niños juegan a su lado, siguen haciendo cada uno su juego, en paralelo al resto. Y ves que con estos juguetes, que les encantan, juegan a hacer trasvases (juego complejo de heurístico), a dar de comer, a limpiar, peinarse, abrir la puerta, hablar por teléfono, rodar, colocar... todos ellas son acciones reales que han visto o vivido en su vida diaria pero que aun no son combinadas con otras y no son sacadas de su imaginación y creatividad, característica importante del juego simbólico.

Marina Pascual como educadora en escuela infantil y siguiendo las enseñanzas de Elinor Goldschmied,  denominó este tipo de juego como Juego Próximo y estableció la misma dinámica de presentación que para el juego heurístico salvo que los contenedores son bolsos y que los elementos en lugar de estar ordenados por igualdad de propiedades están agrupados en dichos bolsos mediante su utilidad práctica. Así un ejemplo sería el bolso de la mamá o el papá, el bolso del bebé, el bolso del deporte, el bolso de la cocina...